martes, 16 de marzo de 2010

Colega, donde está nuestro Ryokan? y eso es nieve? Kanazawa!

El jueves llegamos sin problemas a Narita, incluso el vuelo se había adelantado unos minutos. La primera preocupación que teníamos después de pasar el control de extranjeros (recordar que teníamos que rellenar la tarjeta de inmigración, poniendo la dirección donde nos instalaríamos, solo pusimos la de Kyoto, y que nos tomaran las huellas de los dedos digitalmente y foto al canto después de unas 20 horas de viaje… cara monísima…) nos topábamos con…¿estarían las maletas? Y nada más llegar a la cinta, ahí estaban, envueltas cual embutido ibérico sanas y salvas.

Las recogimos y teníamos que pasar otro control donde entregábamos otra tarjeta de declaración de mercancía…que no llevábamos, y como estaban megaenvueltas por el plástico protector no nos hicieron abrirlas.

Salimos y fuimos directamente al servicio de envío de mercancías para que nos llevaran las maletas directamente a Kyoto. Tuvieron cierto problema al intentar descifrar el romaji para ponerlo en kanji la dirección y nos salió incluso más barato de lo que pensábamos en un principio por deshacernos del equipaje.

Solucionado eso, buscamos el stand de softbank para activar mi móvil japonés. Decir que la tipa no podía ser más agria. Definitivamente mi móvil dejará de funcionar por siempre jamás en el mes de abril, ya que es 2G y en Japón ya no funcionarán. Pero para este mes nos apañábamos. Lo recargamos y con suerte me mantuvieron el mismo número.

Y lo último fue ir a la oficina de la Japan Rail para canjear nuestro resguardo del pase de trenes por el cartoncito que nos serviría para 14 días movernos por muchos de los trenes, autobuses y demás en Japón. Nos dieron los billetes de Narita a la estación Tokyo y de ahí coger el shinkansen a Kyoto.


Por primera vez se retrasó un tren, el narita express así que salimos un poco más tarde, íbamos más que muertas, y Pilar iba catatónica por no haber podido dormir durante todo el vuelo. En la estación de Tokyo buscamos una tienda que nos había recomendado Sonia, después de dar mil vueltas la encontramos pero… la habían cerrado, no se sí porque la han trasladado o algo, mi japonés no es tan bueno…


Cogimos el shinkansen y Pilar murió al fin, yo no hacía más que dar cabezazos para que no se nos parara la estación. Unas dos horas después llegábamos a Kyoto, yo con resaca de jetlag, y mareadísima por esa estación del infierno. No se como nos agobió la estación, no sabíamos por donde ir, las indicaciones nos mareaban cosa mala, no encontrábamos la salida al metro. Aprovechamos que vimos otra oficina de la JR para sacar los billetes del viernes a Kanazawa y el sábado a Himeji.



Finalmente y después de no se como, llegamos a la entrada del metro, menos mal que me acordaba como sacar los billetes de esas máquinas, porque Pilar también se mareó, es lo malo que un 85% estuviera en perfecto japonés.

Bajamos al metro y tres paradas después estábamos en nuestra parada, seguimos más o menos las indicaciones que teníamos para llegar al Ryokan… descubrimos que ese mapa o era muy antiguo o esque ni ellos mismos saben indicar donde se situan. Salimos a la calle, y claro, era de noche, todo oscuro y sin saber si íbamos o veníamos, preguntamos a una señora que vimos en bicicleta y no se aclaraba, el susto fue notar una presencia sobre mi hombro, y al girar la cabeza me vi la cabeza de un japonés que miraba con interés por encima de mi hombro el mapa, Pilar se reía porque pensaba que yo iba a pegar un salto, pero me controlé, estaba en estado zombie de sueño. El chico intentó explicarnos hacia que dirección teníamos que caminar.

Así que andamos, intentando buscar referencias de tiendas que salian en el mapa, y no vimos naaaada. Preguntamos a otra chica, y como no sabia nada de inglés y no sabía donde leches estaba el ryokan seguimos andando, lógicamente nos pasamos la calle del ryokan, y llegamos casi a Kawaramachi, la calle principal de tiendas de kyoto, volvimos sobre nuestros pasos y al final ahí estaba el maldito hotel.

Hicimos el check-in y avisamos de que al dia siguiente iban a llegar las maletas. Subimos a nuestra habitación y la puerta daba a un minirecibidor, con un mueble donde dejar los zapatos, dos armarios, uno con los futones y edredones y el otro con perchas y cojines, muy muy amplios, otra puerta donde daba al minibaño y la otra a la supermega grande habitación con tatami. Nos descalzamos lógicamente para entrar y nos dimos cuenta que si hubiéramos estado lúcidas podríamos haber hecho carreras, volteretas y bailar parapara, la habitación era enorme, es más nos podíamos gritar de lado a lado para hacernos escuchar.

Teníamos una mesita con te, tele pantalla plana, caja fuerte, nevera y calefacción del demonio porque hacia muchísimo ruido, es más por la noche yo creía que estaban haciendo obras fuera por el ruido que hacía.


Dejamos las cosas y bajamos al combini y le enseñé a Pilar alguna de las cosas que me gustaban como el pan de melón, los onigiri, los dorayaki, etc.

Los dorayakis han sido la perdición de ella, no ha parado de comprarse dorayaki, se ha convertido en la Doraemon gaijin. Eso si, que chasco con los onigiri, me encantan, y ella los odió, no le gusta nada el nori, usease, el alga, y a mi esque los onigiris de aquí están de muerte. Compré también papas de gambas que todavía no he comido, están guardadas, y nos fuimos de nuevo al ryokan.

Lo peor fue hacernos las camas con lo cansadas que estábamos, una ducha y caímos muertas nada más acostarnos. Dormimos unas 9 horas o así, pero nos despertamos bien sin resaca ya de viaje.



El viernes volvimos hacia la estación de Kyoto para coger el "Thunderbird" hacia Kanazawa. El trayecto duraba unas dos horas y pico, pero lo más sorprendente fue que como está situada hacia el norte, después de pasar por un tunel vimos que todo el paisaje estaba nevado!


No nos lo esperabamos ni nosotras ni los japos, que empezaron a hacer fotos con lo moviles por las ventanas.

Al llegar a Kanazawa no había nieve, en algunos puntos como en los famosos jardines de la ciudad se podia ver cumulos de hielo pero en verdad no hacia frio.
Una de las visitas obligadas eran estos jardines.



Pilar disfruto de los cuervos infernales y sus graznidos...yo huia como podía por estima de mis ojos...

Eso si, pudimos ver las primeras sakuras (flores de cerezo) en los jardines ya que estan empezando a florecer.



Lo siguiente fue ir al castillo pero ni pagamos para entrar, y paso un poco sin ton ni son.

Lo malo que tenia esque estaban de obras y eso molestaba la vista de los alrededores del castillo, pero nada sin importancia.
Queriamos buscar algun sitio de comer, y por nuestra desgracia que fue los primeros dias no encontrabamos ningun sitio que nos convenciera o nos dijera nada, teniendo en cuenta que era muy tarde para comer en japon y muchos sitios estaban cerrados asi que acabamos en un Lawson que tenia zona de comedor. Compramos alguna de las cosas ricas de carne y rebozado que tienen y pillamos nuestra primera revista japonesa...no se porque sera...

Para terminar queriamos ir al barrio donde vivian los samurai pero no nos orientabamos asi que preguntamos a una pareja que pasaba y nos dijeron que fueramos con ellos que iban alli también, lo malo esque pareciamos acosadoras detrás de ellos... hay un video que lo demuestra.
El barrio era más pequeño de lo que esperaba, me recordaba bastante al barrio Gion de Kyoto que es el de las geishas pero este en pequeño.



Cuando terminamos fuimos hacia la estación de Kanazawa andando, un buen paseo de una ciudad que no nos decía mucho, y llegamos muertas a Kyoto.
Decidimos ir a un sitio a cenar que por el amor de dios no fuera un combini.
Nos indicaron en el Ryokan una calle donde estaban muchos restaurantes y resultó ser Kawaramachi, que lo teniamos practicamente al lado. La gran calle de las tiendas y restaurantes en Kyoto.
Nos costó muchiiiisimo encontrar un sitio donde comer, es bastante dificil ir a comer si no sabes mucho japones, leido digo, o no te convence la comida. Después de casi una hora andando, encontramos un local de udon, un menu muy barato de dos platos que tenias que pillarte la comida de una maquina de tickets antes de sentarte.
Por fin pudimos comer de maravilla en Japón.
Volvimos al Ryokan, morimos en el instante y al dia siguiente nos ibamos Himeji y teniamos que quedar con mi amiga Aoi y su amiga Chie.

5 comentarios:

  1. Mieeeen menos mal que estaban las maletas!!! Ese es uno de mis mayores agobios!!!

    Joe que putada lo de no encontrar el Ryokan, pero luego al habitación es chulisima y enorme!!!

    Y que bonito nevado!!! Pero que frio no???

    Menos que al final os pudisteis comer un udón!!! babillas!!!!

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  2. Que infierno de estación ¿no? Menos mal que conseguisteis salir y llegar al ryokan.

    Quiero una Pilaru-Doraemon!!! Ahora tengo más ganas de probar el pastiset de fessols o_o¡

    Acostúmbrate a que todo lo que visitéis este en obras, es la maldición Pilar, solo hay que ver las fotos de los interrailes. Eso sí, ¡que paisajes tan bonitos!

    ¿Por qué será que comprasteis esa revista en particular? XD

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  3. Madre mia chicas ¡¡cómo se sale!! ajajajaja os veo cansaditas por las noches, pero súper felices :) me alegro mil. Clara ¡¡ya tengo la postal!! mil gracias *__* me alegro de que os lo esteis pasando tan bien. Y riida, cuidado con las compras, que luego pasa lo que pasa xDDDDDD
    Un besote enorme a las dos!!

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  4. Mi maldición me persigue vaya donde vaya ¬¬ pero gracias a eso hemos podido ver una excavadora-jirafa :S Lo que no esté en Japón definitivamente no existe :S

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  5. Dios, hasta yo me he mareado al principio de la entrada o.O Pero me alegro de que os haya salido bien al final!!! Me encantan las fotos, dicho sea de paso. Yo también tengo mi postal!!!! ^O^
    Pasaoslo bien!!! Seguirmeos esperando batallitas ^___^

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